Ella es rosada, ella es coqueta, ella es Sharmuta. Todos
la tocan, se la rotan como quieren, la sacan de mi cuarto a las 4am para
compartir un buen momento frente al mar. La dejan tirada detrás del bar después
de una noche de tragos, no recuerdan su nombre, no recuerdan qué pasó, solo
queda la energía de una noche de pasión. Yo solo pido que la traigan de vuelta,
aunque una que otra vez tuve q ir a buscarla. La tuvieron tantos que perdió la
cuenta y ella disfruta cada instante, ella abraza su destino. Su esencia vibra
con cada nota, goza cada caricia mientras siente subir y bajar por sus cuerdas
un placer que solo ella conoce. Y yo la admiro orgullosa, un tanto celosa de no poder darle todo
aquello que el resto le da. Ella necesita más que mis manos, no le basta un Sol
con un Do. Ambiciosa requiere sonidos diversos, barata y tan simple ella cree
que no. Y así me enamora al son de un poema, y así me permite sentir su
canción. Todos la tocan, se la rotan como quieren, y ella siempre rosada,
siempre coqueta, siempre Sharmuta.
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