15 nov 2011

Norte - Doncellas del mar

Vivir en Lima es como vivir bajo el agua: cada cierto tiempo hace falta salir a respirar, oxigenarse un poco, para no ahogarse. Como no salía de esta ciudad gris hace 6 meses, la respuesta ante la propuesta fue casi inmediata: nos vamos pal norte! Sol, playa, arena y mar. Huanchaco con sus Caballitos de Totora, un ceviche frente al mar y un inesperado acompáñame a Ecuador. Una vez más, nos vamos pal norte.

Guayaquil resultó más lindo de lo que imaginaba, aunque nunca entenderé la comida. Lasagna con arroz, sopa con palta, "ceviche" con tomate y arroz con lentejas en el menú de KFC bastó para descartar la posibilidad de aventuras culinarias. Pero qué rico es ser extranjero, no tener idea de cómo volver al hotel, demorarse demasiado intentando descifrar el valor de tanta moneda desconocida, preguntar el significado de cada palabra que a pesar de pertenecer al mismo idioma no tiene nada en común con el castellano que conozco. Es como cruzar un umbral en el que la canchita se convierte en canguil, el arroz chaufa en chaulafán, el chicharrón en fritadaese weón es ahora ese man. Ay, la magia de viajar!

Sentadas en un bar de Las Playas (Gral. Villamil, Ecuador) apareció una mujer negra, con el pelo oscuro y despeinado amarrado en un moño revoltoso. Su aspecto hippie, el manojo de hierbas que sostenía entre las manos y ese olor a pachuli distraía la mirada de sus amplios ojos y hermosos rasgos. Se acercó a cada mesa pidiendo limosna, con excepción de la nuestra. Algunos la ignoraban, otros le daban alguna moneda. Yo la miraba, curiosa, preguntándome quién sería esta negra tan guapa, cómo será su vida, dónde vivirá, qué o quién la llevó a resultar tan descuidada y acabada, limosneando entre borrachos. Se aproximó finalmente a nosotros, no a pedir limosna sino a conversar. Entablamos una conversación un tanto extraña:
-Qué linda eres, qué lindas son. ¿De dónde vienen? 
-De Perú. ¿Y tú, guapa? ¿De dónde vienes?
-Yo vengo de donde no hay fronteras, yo vengo del mar.
-¡Del mar! Qué lindo.
-¿Tú sabes quién soy yo?
-Por supuesto que lo sé, ¡tú eres la reina del mar!
Ante mi sorpresa, los ojos de esta loca linda se expandieron emocionados y exclamó:
-¡Por fin! ¡Por fin han venido por mi! ¡Ustedes son las doncellas del mar! Yo sabía que vendrían. Han llegado por fin, y luego vendrá todo su ejército. Tengo que ir a cambiarme, a ponerme toda high, como ustedes, tan lindas, y andaremos juntas, me esperan, por favor, me demoraré una hora, ¿me esperan?
Entre confundida, apenada y conmovida, respondí:
-Claro que te esperaremos, acá estaremos.
-Déjenme comprarles una cerveza.
-No te preocupes, no es necesario.
-¡Mozo, una cerveza!
Alzó el brazo y le entregó una moneda al mesero, quien me guiñó el ojo y me indicó que debía aceptarla.
-Muchas gracias, será un honor esperar a la reina del mar.
Nunca volvió. Me contaron que suele andar por el bar pidiendo dinero. Viene y va hasta las 4 de la mañana, recaudando algunas monedas; la llaman La Pantera. Las drogas le nublaron la mente, esta negra guapa perdió la razón hace mucho. Aún así, me dejó entrar en su fantasía y me nombró doncella del mar; pudimos en 5 minutos crear un mundo mejor, un mundo paralelo, en el que todo un ejército guarda nuestras espaldas. En el mundo real, una limosnera drogadicta me compró una cerveza; en nuestro mundo, fui invitada por la reina del mar. No la culpo por preferir este último.

Después de un largo día de playa y un asombroso bronceado consecuente, el agua de coco fue lo mejor de la zona junto al chocowaffer de los dioses llamado Hanuta. Unos amables y guapos manes de Guayaquil nos pasearon por la playa en busca de departamentos y después de una langosta con ostras gratinadas y conchas asadas estábamos listas para volver a casa. Mochila en brazo, emprendimos el camino rumbo a Chiclayo. Un ceviche y a Trujillo. Un abrazo y a casa.


Hoy, ya en Lima, sonrío recordando lo que les cuento de mi aventura, sonrío recordando lo que no les cuento también. Eso es lo lindo de las memorias, que son nuestras y de nadie más. Vivir en Lima es como vivir bajo el agua.

8 nov 2011

Me-ee-ee

Walking down the pathway to surrender, once again, heading to some place that feels like home. Too many times I´ve felt I can´t achieve things. But it´s alright, it´s fine by me, I never finish what I begin.
Mamma said I should be nice and not swear, be a good girl, do all I can to live up to her dream. So many times I´ve felt I dissapoint her, and him, and everyone. But it´s alright, it´s fine by me, it´s just someone I´ll never be.
It took seven years of my life to be a graduate student, now I´d  rather do anything but that, you go shrink it up. I have no long-term goals but smile and someday die happy, that´s me, I´m kinda crazy, but I love me.
So don´t be surprised if you see me cry and five minutes later I´m ready to fly... I have like a million fears, kept them with me for all these years. I never share them, it´s not my style. I wanna kiss you when you make me smile. This is the truth I guess, my life´s a total mess. But it´s alright, it´s fine by me.
I don´t believe in black and white. My world is pink and yellow bright... Sometimes I feel alone but I´ll shut you out if you´re in my zone. People say I like to flirt and I don´t mind if you get hurt. It´s alright, it´s fine by me, I´d never hurt you intentionally.
Walking down the pathway to surrender, once again, heading to some place that feels like home. I have no long-term goals but smile and someday die happy, that´s me, I´m kinda crazy, but I love me. Yes I do, and you love me too.